Liquidez significa disponibilidad inmediata de medios de pago, por ello, el dinero es el activo líquido por excelencia en una economía.
Cuando hablamos de liquidez para el resto de los activos que no son dinero, nos referimos a la facilidad, la rapidez y el bajo costo de su conversión en dinero. Entonces, la liquidez de un activo es mayor cuando más rápido, más fácil y a más bajo costo lo podemos convertir en dinero.
En materia de inversiones los activos financieros pueden ser más o menos líquidos. Por ejemplo, un depósito bancario a plazo fijo es menos líquido que una caución, porque esta inversión bancaria inmoviliza nuestro dinero por un lapso de 30 días como mínimo, cuando con la caución podemos invertir por un plazo menor, incluso de hasta un día.
La liquidez es una cualidad deseable para un activo financiero, pues nos facilita la salida oportuna y eficiente de una inversión.
Veamos un ejemplo: si tenemos un bono y lo vendemos a muy bajo precio, es probable que encontremos rápido un comprador atraído por la oportunidad de pagarlo muy barato, pero logramos “salir” de la inversión asumiendo un costo alto, dado que lo vendemos a pérdida. Lo ideal sería poder venderlo rápido sin tener que asumir ese costo y esto es “contar con un activo que tiene liquidez”.
En el caso de los valores negociables que cotizan en el mercado de capitales, la liquidez se relaciona de forma directa con el volumen negociado. El volumen negociado es la cantidad de operaciones de compra - venta que se realizan en una jornada o período.
A mayor volumen negociado, la liquidez es mayor, porque hay más inversores negociando el instrumento y resulta, en consecuencia, más fácil, más rápido y menos costoso encontrar contraparte cuando lo queremos comprar o vender.
Además, a mayor volumen, más transparente y competitiva es la formación de precios, lo cual resulta atractivo para los inversores.
Entonces, cuando hablamos de liquidez nos referimos a la posibilidad de que un activo o instrumento financiero pueda ser rápidamente comprado o vendido en el mercado sin afectar significativamente su precio. Un activo líquido es fácilmente convertible en efectivo, ya que hay suficientes compradores y vendedores dispuestos a comerciar con él en cualquier momento.
La liquidez es un factor importante en la inversión y puede influir en la elección de los activos de un inversor. Pero, ¿por qué es importante entender la liquidez de un activo? ¿Cuáles son los activos más líquidos? ¿La rentabilidad depende de la liquidez?, este artículo de Balanz University responde a esas preguntas y más.
¿Por qué es importante la liquidez de los activos?
La liquidez es importante para los inversores porque afecta la facilidad con que pueden entrar y salir de una inversión, así como también afecta al precio de los activos en el mercado.
Los activos líquidos suelen mostrar una menor distancia entre el precio que están dispuestos a pagar los compradores y el que el resulta atractivo para los vendedores. Esta circunstancia facilita que se concreten las transacciones de compra – venta, dado que a los compradores y a los vendedores les resulta más fácil acordar precios.
Entonces, los activos líquidos suelen ser menos volátiles, es decir, exhiben menos dispersión en los cambios de precio. Al ser menos volátiles, se los considera menos riesgosos, dado que hay menos probabilidades que su precio baje mucho y un menor grado de incertidumbre en la evolución de su cotización.
Por el contrario, los instrumentos ilíquidos suelen tener mayor volatilidad o mayor riesgo de precio. No habría demanda de activos ilíquidos en el mercado si ese mayor riesgo no se compensara con una rentabilidad esperada más alta. Tengamos en cuenta que en activos más volátiles el precio puede cambiar mucho (a la suba o a la baja), lo cual genera mas oportunidades de comprar barato y luego vender caro, para obtener jugosas ganancias, pero hay que estar dispuesto a tolerar la posibilidad de perder mucho también.
Por lo tanto, es importante saber interpretar el nivel de liquidez de los activos, antes de invertir, por varias razones:
- Facilidad de compra y venta: los activos líquidos son más convenientes para aquellos inversores que necesitan acceso rápido a su dinero.
- Protección contra la volatilidad: la liquidez ofrece una mayor protección contra las fluctuaciones de precios del mercado.
- Formación de precios transparente: los activos líquidos suelen tener una mayor cantidad de compradores y vendedores interesados en negociarlo, lo que genera un mercado más competitivo que ayuda a descubrir mejor su precio razonable.
- Estrategia de inversión: Dependiendo de las necesidades y objetivos de inversión, los inversores pueden preferir activos de mayor o menor liquidez. Por ejemplo, si un inversor necesita acceso rápido a su dinero, le convienen los activos líquidos. Por otro lado, si un inversor tiene un horizonte de inversión a largo plazo, puede estar dispuesto a invertir en activos menos líquidos que ofrecen una mayor rentabilidad potencial.
Entonces, entender el nivel de liquidez de los activos antes de invertir puede ayudarnos a tomar decisiones que se adapten mejor a nuestras necesidades y objetivos de inversión.
Es importante comprender que a la hora de invertir no hay recetas universales, válidas para todos. Cada inversor tiene un perfil particular, que puede ser bien diferente al de otros inversores, las necesidades financieras de cada persona, también, son únicas. Por ello es importante conocer nuestro perfil de inversor para elegir aquellas inversiones con las que nos vamos a sentir más cómodos y se correspondan con nuestros objetivos y necesidades financieras. Si todavía no sabes cual es tu perfil de inversor podés hacer nuestro Test del Inversor en minutos.
Activos de mayor liquidez
Los activos de mayor liquidez son aquellos que se pueden comprar y vender fácilmente en el mercado, algunos de ellos son:
- Divisas: Hay divisas altamente líquidas que se negocian activamente en los mercados financieros internacionales, tales como el dólar, el euro, la libra, el yen y yuan.
- Bonos del Tesoro: son considerados activos muy líquidos porque en general exhiben grandes volúmenes negociados. Los bonos emitidos por el Tesoro de EE.UU. tienen muy bajo riesgo de crédito, por lo que son muy demandados a nivel mundial. Los bonos del Tesoro de Argentina, por su parte, si bien tienen liquidez cuando comparamos su volumen negociado con el de otros activos en la plaza local, tienen un mayor riesgo de crédito asociado y cuando este riesgo aumenta, ello se traduce en aumento volatilidad.
- Acciones de grandes empresas: son consideradas activos líquidos porque hay suficientes compradores y vendedores dispuestos a comerciar con ellas en cualquier momento. Las empresas que integran la catera del índice Dow Jones, o las que tienen mayor preponderancia en la del índice S&P 500 son las acciones más liquidas del mercado norteamericano. En el mercado local, las empresas que cotizan en el panel de las líderes son las más líquidas.
Activos financieros de menor liquidez
Los activos con baja liquidez son más difíciles de vender o convertir en efectivo sin afectar significativamente su valor. Sin embargo, estos activos pueden ofrecer mayores oportunidades de rentabilidad en algunos casos, para quienes pueden tolerar el riesgo asociado, como por ejemplo:
- Bonos corporativos de baja calificación crediticia: éstos pueden ser menos líquidos debido a la falta de demanda por la posibilidad de incumplimiento.
- Acciones de empresas pequeñas y poco conocidas: este tipo de acciones pueden ser menos líquidas debido a la falta de compradores y vendedores dispuestos a comerciar con ellas.
Liquidez vs rentabilidad y otros atributos.
La liquidez es uno de los cuatro atributos importantes de un activo financiero que debemos analizar a la hora de elegir en que invertir. Estas cuatro variables son:
- Retorno
- Riesgo
- Liquidez
- Carga tributaria
Entonces, la liquidez es una cuestión muy importante para analizar, pero no la única.
Si bien hay una relación indirecta entre la liquidez y el resto de las variables (a menor liquidez: más rentabilidad, más riesgo o más impuestos) con solo analizar la liquidez, no nos alcanza para evaluar la inversión en un activo, dado que el retorno esperado y el riesgo asociado dependen de otras variables, además del volumen negociado.
Por ejemplo, los bonos emitidos por una empresa de primera línea en el mercado local, puede tener menos volumen negociado que los títulos públicos soberanos, debido a que la empresa hace emisiones por montos menores que el Estado nacional y en consecuencia hay menos bonos privados negociándose, pero a pesar de la menor liquidez, puede ser percibida como una alternativa de inversión menos riesgosa, si la correspondiente nota emitida por la calificadora de riesgo es mejor.
La elección de comprar activos de mayor o menor liquidez depende de nuestro objetivo de inversión, de nuestra tolerancia al riesgo, como del horizonte temporal durante el cual esperamos inmovilizar nuestro dinero.
Los activos de mayor liquidez, como los bonos del Tesoro de EE.UU., se pueden vender rápidamente y sin pérdida significativa de valor. Son útiles si necesitamos acceso a nuestro dinero en el corto plazo o si deseamos reducir el riesgo de fluctuaciones en el valor de las inversiones. Sin embargo, debido a su menor riesgo, los activos de mayor liquidez también tienen una menor rentabilidad potencial, frente a otras oportunidades de inversión.
Por otro lado, los activos de menor liquidez, como las acciones, pueden ofrecer una mayor rentabilidad potencial a largo plazo, pero son más volátiles y puede tomar más tiempo de espera, venderlas a buen precio. Estos activos son más adecuados si tenemos un horizonte de inversión a largo plazo y una mayor tolerancia al riesgo.
Diferencia entre liquidez y solvencia
Solvencia y liquidez son dos conceptos financieros distintos que se utilizan para evaluar la salud financiera de un emisor de valores negociable de deuda, como puede ser una empresa o el Estado.
En este marco, el concepto de liquidez cobra un significado distinto al que venimos analizando, dado que refiere a la capacidad que tiene el emisor de honrar sus compromisos financieros de corto plazo. Observando los estados financieros de las empresas o la ejecución presupuestaria del Estado, es posible evaluar si el nivel de liquidez es apropiado o no.
De igual modo, podemos proceder para evaluar la solvencia del deudor, que alude a su capacidad para cumplir con todos sus compromisos financieros, incluidos los de largo plazo.
Tanto la solvencia, como la liquidez del emisor, inciden positivamente en la liquidez que los valores negociables exhiben en el mercado, dado que buenos indicadores de capacidad de pago vuelve atractivos los valores negociables para los inversores.
Si estás pensando en armar tu cartera de inversión, pero todavía tenés dudas sobre qué activos te conviene invertir, entonces ponete en contacto con nosotros y recibirás el mejor asesoramiento del mercado de la mano de Balanz, un broker con más de 20 años de experiencia trabajando en la bolsa argentina.